True Detective

Fotografía extraída de los títulos de crédito de True Detective
Fotografía extraída de los títulos de crédito de True Detective

 

 

 

 

 

 

 

 

«Claro que soy peligroso, soy policía. Podría hacer cosas terribles a la gente con total impunidad».

Esta frase forma parte de un diálogo de la serie True Detective, una mezcla entre Twin Peaks y The Bridge, lo que me hace pensar en lo difícil que resulta encontrar un espacio propio, no visitado anteriormente y en si eso es realmente necesario o si le da incluso más valor.

En su día dije que si la serie conseguía mantener el nivel creía que tendríamos un par de premios: mejor serie y mejor actor, porque Matthew McConaughey se sale con una doble interpretación magistral y los tuvo. Mantuvo el nivel. La serie la produjo el otro coprotagonista Woody Harrelson.

Una vez más llegué a una serie por sus créditos, vivo con un estudioso de la tipografía y los créditos del cine y para bien o para mal me ha ayudado a mirar las cosas desde otros lados, a mí y a mis hijos que no salen de una sala de cine hasta que no han acabado los créditos. En este caso los títulos de True Detective son un homenaje a, o un guiño, o una copia de los créditos de la película Goldfinger realizados en 1964 de la saga de James Bond de Robert Brownjohn.

La serie, o sus créditos, me hizo pensar en una cita de Paul Valéry del año 1931, que  leí en el texto de Walter Benjamin La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica.

«En un tiempo muy distinto del nuestro, y por hombres cuyo poder de acción sobre las cosas era insignificante comparado con el que nosotros poseemos, fueron instituidas nuestras Bellas Artes y fijados sus tipos y usos. Pero el acrecentamiento sorprendente de nuestros medios, la flexibilidad y la precisión que éstos alcanzan, las ideas y costumbres que introducen, nos aseguran respecto de cambios próximos y profundos en la antigua industria de lo Bello. En todas las artes hay una parte física que no puede ser tratada como antaño, que no puede sustraerse a la acometividad del conocimiento y la fuerza modernos. Ni la materia, ni el espacio, ni el tiempo son, desde hace veinte años, lo que han venido siendo desde siempre. Es preciso contar con que novedades tan grandes transformen toda la técnica de las artes y operen por tanto sobre la inventiva, llegando quizás hasta a modificar de una manera maravillosa la noción misma del arte».

Paul Valéry, Pièces sur l’art (La conquête de l’ubiquité).

Me quito el sombrero ante Paul Valéry, quien nunca pudo imaginar que su título La conquista de la ubicuidad iba a ser tan real, tan tangible. Nuestros hijos pueden estar a la vez en casa y en la de sus amigos, algo impensable hasta hace muy poco. Podemos estar a la vez aquí y en el otro lado del mundo, lo que no sé si nos hace estar más presentes o, quizás, más ausentes que nunca. La televisión trajo otras realidades que ahora se cuelan en nuestras casas. Las series forman parte de ese patrimonio cultural que compartimos millones de personas, sin ser conscientes de su repercusión.

La reflexión de Walter Benjamin versa entre otras cosas sobre las consecuencias del paso de la mirada individual sobre una obra de arte a la mirada colectiva, el cine se convierte en arte de masas que puede distraernos de lo esencial. La visión de Walter Benjamin, siempre adelantándose a lo venidero, era solo la punta del iceberg de lo que vendría después. Él lo vio claro, anticipó el uso que los fascismos iban a hacer del cine. Creo que nunca quiso  imaginar que el cine dejaría de ser un arte para convertirse en otra cosa, principalmente en un negocio y en un instrumento de adoctrinamiento.

Y es aquí donde volvemos al punto de partida, continuemos hablando sobre series y en particular sobre True Detective.

La dicotomía entre Arte y producto de masas comienza a ser un problema. Parece que la Literatura que se vende no puede ser buena, que el cine mayoritario no puede tener calidad…, cuando no siempre ha sido ni es así.

Las series televisivas eran consideradas como arte menor o sencillamente como un producto comercial de entretenimiento, pero las cosas han cambiado. Los mejores cineastas se rinden ante ese formato que permite abordar los temas de manera diferente.

En este punto está claro que el formato no define la obra de arte, entonces ¿dónde está la diferencia? ¿qué criterios, qué conceptos nos hacen diferenciar una obra artística de otra que no lo es?

El gusto estético es algo que se cultiva, que se cultiva desde el individuo, necesitamos una cierta introspección y sobre todo una gran formación para aprehender y diferenciar unas cosas de otras. Necesitamos silencio, ese silencio que paradójicamente el ruido televisivo nos impediría tener y es por eso que las series han saltado de la pequeña pantalla a los ordenadores y han encontrado su espacio. El cine y las series, ahora, mayoritariamente se ven en casa, en un nuevo espacio que enfrenta al espectador de manera mucho más íntima a la obra artística y a la vez más desordenada, desubicada, descontextualizada, más peligrosa, ya no se tienen nociones históricas, no se conocen los referentes porque se entremezclan. Copias y originales revueltos. Creo que cuando Walter Benjamin elogió la copia, nunca pensó que esa mezcolanza pudiera producirse, para alguien como él, esa falta de rigor era impensable. Ahora en la privacidad de nuestros hogares nos enfrentamos a un mortero cultural en el que todo cabe, la confusión nunca ha sido tan grande y no sé cómo saldremos de ello.

True Detective nos lleva a muchos lugares conocidos desde su singularidad. Sus contrastes, su luz, su fotografía, su música, su temática, sus diálogos, sus personajes bien interpretados, sus clichés cuentan lo de siempre, lo que ya intuíamos, lo que desde el principio de los tiempos ha movido el mundo y consigue hacerlo con voz propia.

No apta para estómagos delicados por su trama policiaca y sus asesinatos… True Detective es un paseo por la América profunda, la de los EEUU y por sus gentes.

Me entusiasma la clarividencia con que esta serie refleja la oscuridad.

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2 comentarios en “True Detective

  1. Emilio Gil dice:

    Muy bueno este post, Paula. Bien trabado y con ideas cruzadas que me han interesado mucho.

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