«Eran las cinco en punto de la tarde.
Todo estaba en calma.
Chocolata tomaba su baño diario en la laguna,
y Teófilo escuchaba en el viento
las noticias del día».
Y lo mejor está por llegar.
Los cuentos de Marisa
son como los pasteles de crema.
Yo diría que un capricho (mi pastel preferido)
El hojaldre crujiente,
la crema deliciosa
y el caramelo en su punto.
Me gusta saborearlos
pero los devoro,
no soy capaz de tomarme mi tiempo.
Y siempre tengo que recomenzar…
y comérmelos, perdón,
leerlos de nuevo.
Y nunca, nunca me empacho.
Chocolata
Marisa Nuñez.
Ilust. Helga Bansch.
OQO Editorial.