(Regreso de Lisboa con imágenes de la ciudad
y versos de Pessoa entremezclados en mi cabeza)
168.
No, no es cansancio…
es una cantidad de desilusión
que se me entraña en el modo de pensar;
es un domingo al revés
del sentimiento,
un festivo pasado en el abismo…
No, cansancio no es…
es estar yo existiendo
y también el mundo,
con todo lo que contiene,
con todo lo que en él se desdobla
y que al final es la misma cosa en varias copias iguales.
No. Cansancio, ¿por qué?
Es una sensación abstracta
de la vida concreta,
algo como un grito
por dar,
algo así como una angustia
por sufrir,
o por sufrir completamente
o por sufrir como…
sí, o por sufrir como…
eso mismo, como…
¿Cómo qué?
Si lo supiese, no habría en mí este falso cansancio.
(Ay, los ciegos que cantan en la calle,
¡Qué formidable realejo
es la guitarra de uno, y la viola del otro y la voz de ella)
Porque oigo, veo
Confieso: ¡es cansancio!…
Fernando Pessoa,
Poemas de Álvaro de Campos
III. No, no es cansancio y otros poemas sin fecha.
Ed. Hiperión, (1998) Traducc. Adolfo Montejo Navas